¿Merece la pena utilizar una GPU Externa?
En la práctica, si tenemos un ordenador portátil con conexión Thinderbolt 3, a partir de ahora podremos conectarle una GPU externa a través de una caja como la Razer Core. De ésta manera, tendremos en nuestro pequeño equipo toda la potencia que nos proporciona una tarjeta gráfica de un escritorio. Esto junto a que nos da la posibilidad de ir actualizando / mejorando nuestra tarjeta gráfica cada cierto tiempo sin problemas son los únicos pros que le vemos a la tecnología de GPUs externas. Por lo contrario vemos muchas desventajas que nos hacen plantearnos si merece o no la pena.
El precio oscila sobre los 499 dólares en el caso de Razer Core si la compramos suelta en la Razer Store, aunque a este precio hay que sumarle lo que cueste la tarjeta gráfica que queríamos instalar. Poniéndole siempre una gráfica de gama media como una GTX 960 estaríamos hablando de un precio total de unos 700-750 euros, precio al que habría que volver a sumarle lo que nos cueste el ordenador portátil con puerto Thunderbolt 3 en el que querríamos usar ésta solución. Desde luego sale bastante caro.
Por otro lado, el ordenador dejaría de ser portátil, ya que le estamos añadiendo un “armatoste” de más de 5 kg, por lo que no sería demasiado ameno para llevar de un sitio a otro. Necesitaremos siempre tener la caja externa permanentemente conectada a la red eléctrica, así que se reduciría la movilidad. Pero si nuestra intención es utilizar nuestro equipo en el escritorio de casa podríamos conectar y desconectar el portátil según nos convenga.
PROS:
Potencia de GPU de sobremesa en portátiles con conexión Thunderbolt 3.
Incrementa la conectividad del equipo.
Nos permite cambiar de tarjeta gráfica según nuestras necesidades.
CONTRAS:
El precio es muy elevado.
Perdemos movilidad.
Compatibilidad muy limitada de momento.
Ya hay portátiles específicamente diseñados para jugar.